¿Qué es un sistema distribuido de control?
Un sistema distribuido es una estrategia de control en la que se forma un conjunto de equipos independientes para la ejecución de una tarea común, de modo que actúan como una unidad mientras descentralizan el procesamiento de las operaciones y proveen de más capacidad y potencia de cómputo.
La aplicación de un sistema de control distribuido trae varias ventajas: Se puede acceder al sistema a través de cualquiera de las terminales incorporadas, asegura que la operación siga en funcionamiento si alguno de los componentes falla, permite la incorporación de nuevos módulos sin dificultar el proceso ya en marcha, aún si son de otros fabricantes distintos a los originales.
En resumen, el uso de esta estrategia de control permite lograr un sistema de mayor rendimiento y velocidad, robusto y seguro, que además puede ser ampliado a medida que sea necesario con la incorporación de las herramientas deseadas. La información es fácilmente accesible por cualquiera de los módulos, de manera que no hay pérdidas de la misma frente a cualquier fallo en uno de los componentes.